Si tienes un perro tú mismo conoces, por su comportamiento si, ante un extraño, éste va a atacar o no. Pero si no te relacionas mucho con perros y, de repente te encuentras con uno de frente que empieza a ladrarte, lo más seguro es que pienses que te va a atacar y te pongas nerviosa con lo que logras enfurecer más al perro y puede general que si te ataque de verdad.
Los signos de que un perro va a atacar son los siguientes:
- El pelo de la espalda (lomo) se le eriza.
- Nos mira directamente a los ojos mientras gruñe y enseña su dentadura.
- El rabo se pone completamente rígido.
- Todo el cuerpo se inclina hacía delante.
Cuando eso ocurra lo mejor es quedarse quieto sin hacer nada ya que cualquier movimiento brusco puede ser el detonante para lanzarse hacía nosotros. Por supuesto, intenta no mirarle a los ojos (lo que indicará sumisión) para ver si te deja en paz y tranquilizarse, ellos notan el miedo y, si lo hacen, llevas las de perder.
