Una situación sumamente común es que cuando vamos a la casa de alguien y vemos que un gato habita en su interior, como por arte de magia empezamos a estornudar. Por otro lado, puede que sea al contrario, que nosotros tengamos uno de estos felinos de mascota y que cuando vienen extraños, son pocos los que pueden evitar mostrar una especie de alergia al respecto.
De hecho, todos sabemos que los gatos producen muchas más alergias o al menos muestras de ellas que los perros, y por eso, un grupo de especialistas científicos de la Universidad de Cambridge, en Inglaterra, han realizado una investigación formal en las últimas semanas, en la que han llegado a la conclusión de que efectivamente, existen diferentes manifestaciones de esta problemática, como pueden ser por ejemplo tos, estornudos y congestión del sistema respiratorio.
Los mismos especialistas han destacado, por otro lado, que en algunos casos más severos también pueden ser síntomas de estas alergias situaciones como por ejemplo severos ataques en personas con asma alérgica. El problema es que más allá de todo eso, nadie sabía hasta el momento qué era lo que provocaba que los gatos produjeran hasta tales niveles alergia.
Las conclusiones del informe, que fueron presentadas y publicadas recientemente por la revista temática “Journal of Immunology”, señala que la clave de la alergia está en las proteínas encontradas en la piel del gato, conocidas como caspa felina. Son justamente estas pequeñas partículas las que producen una aparición más o menos constante de la alergia en distintas personas.
“Existen ahora drogas que fueron diseñadas y que están siendo sometidas a pruebas clínicas, como las sepsis, que potencialmente podrían ser usadas en diferentes formas para tratar las alergias a los gatos y prevenir sus síntomas”, destacó uno de los investigadores, en lo que obviamente podría ser un descubrimiento que cambie el modo en el que la gente escoge sus mascotas.