Las películas sobre animales son encantadoras, pero también tienen un peligro: los niños se encaprichan de los animalitos y los padres, los consienten. Y entonces, descubren que cuidar de una mascota no es algo tan bonito como se ve en las películas. Y viene el problema.
Es lo que ha pasado con las lechuzas. Ahora que se ha acabado la fiebre de la pottermanía, centenares de mascotas han quedado abandonadas en las calles de Gales. Y es que muchos niños, soñando con ser como su mago favorito, adoptaron a uno de estos animalitos alados.
Owlcentre es un refugio de lechuzas que, antes del fin de la saga cinematográfica sólo contaba con seis habitantes. Después de que todo acabase, el número de lechuzas que acogen en sus instalaciones ha aumentado hasta ser más de cien. Y ese número es sólo el de las mascotas que fueron llevadas allí por los cuidadores, en un intento por darles una buena vida a pesar de no poder cuidarlos. ¿Te imaginas cuántas más habrán muerto o seguirán volando libres abandonadas por sus dueños?
Por eso desde Mascotalia tenemos que daros un tirón de orejas a los que lo hayáis hecho y recordaros que una mascota no es un juguete. No es un ser que podamos dejar ahora sí y ahora no y abandonarlo a nuestro antojo. Un animal de compañía siente, sufre y si no le das los cuidados adecuados puede enfermar y llegar a morir. Así que si quieres una mascota ten en cuenta el tiempo que puedes dedicarle. Y si son tus hijos los que te la piden, hazles saber la responsabilidad que conlleva.