Todos los que tenemos un perro sabemos que una de las actividades más difíciles de llevar a cabo es la de bañarlo. Sucede que podemos encontrarnos con inconvenientes de los más diversos, desde el tamaño de nuestra mascota, hasta que sea demasiado inquieta como para tenerla debajo del agua por varios minutos. Sin embargo, conviene que no desesperes y tengas en cuenta los consejos que vamos a darte al respecto.
Lo primero que debes tener en cuenta en este sentido, es que hay algunas cosas que debes hacer antes de comenzar el baño en sí mismo, para que luego éste sea más sencillo. Éstas tienen que ver por ejemplo con cepillarlo y peinarlo antes de meterlo en el agua. Obviamente, es un truco que sirve sobre todo a quienes tienen especies que tiran demasiado pelo al piso.
Del mismo modo, no podemos dejar de tener en cuenta que la temperatura del agua puede ser un aliciente para que tu mascota se deje bañar. Lo importante es que siempre esté en un punto en el que le guste a ella, y lo mejor es partir del tibio hasta encontrar donde se sienta más cómoda. Cuando ya se vaya quedando quieto, tienes que aplicar el champú por el lomo y extenderlo hasta las patas, lavando la cabeza por separado.
Una vez terminado el resto del cuerpo, y ya pensando en la cabeza, tienes que extremar las precauciones para evitar que el jabón se introduzca en sus oídos o en sus ojos. Muchas personas lo que hacen es utilizar algodón para tapar sus oídos, pero ésto sólo debes hacerlo si cuando terminas con el baño se lo quitas.
A la hora de enjuagar nuestro perro, tienes que pensar que el procedimiento correcto se hace echándole agua de adelante hacia atrás. Esto es fundamental, debido a que muchos perros pueden tener trastornos en la piel si se hace de modo inverso, o también si le quedan restos de champú en su piel. Recuerda ser muy cuidadoso en este paso.