El sharpei también es conocido como “perro toalla”, viene de China, y apareció aproximadamente en el siglo II a.C. Entre sus descendientes se encuentra el mastín tibetano y el Chow Chow, con quien comparte la lengua azul que tanto los caracteriza.
Durante mucho tiempo esta raza fue usada como perro pastor, cazador de jabalíes y guardián por los campesinos chinos. A pesar de ello, en 1950 solo quedaron unos pocos ejemplares en China debido a su utilización como alimento. Algo que por poco provoca su extinción.
Afortunadamente hacia los años 60 un grupo de chinos decidió restablecer esta raza, y algunos ejemplares fueron llevados al extranjero para evitar que fueran usados como comida. Fue así como el shar pei se salvó.
Se trata de un perro muy tranquilo al que le gusta jugar calmadamente. De pequeños pueden ser algo revoltosos y destrozar cosas de casa, por lo que hay que estar prevenido. Pero con el tiempo se van volviendo más tranquilos, incluso sedentarios. Es por ello que hay que sacarlo a pasear unas dos o tres veces al día. Es un perro testarudo, cosa que a la hora de educarlo puede traer ciertos problemas, pero si utilizamos el método de las recompensas lograremos que aprenda todo lo que nosotros queramos. El shar pei es un excelente guardián de la casa, pues no se fía de quienes no conoce.
En líneas generales, estamos hablando de un perro muy amistoso si se le proporciona una buena sociabilización. Trata de no tirar de sus bigotes ni tocarle las orejas por dentro, este perro no tolera este tipo de cosas.
Colaboración: Perro Obediente ( Marcos Mendoza)