Adiestramiento canino: Pruebas para conseguir un objetivo

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Hace ya algunos años, cuando nos comunicaron que desde Alemania se marcaba la exigencia de tener que superar «obligatoriamente» una prueba específica y previa de «capacitación urbana y social» antes de poder presentarte a las pruebas deportivas, y que están consideradas como de selección y utilidad, hubo algunos competidores y adiestradores profesionales que se echaron las manos a la cabeza.

El comentario más extendido era que como a un perro de defensa con una preparación «explosiva» y espectacular se le tenía que hacer pasar por unas pruebas de «aborregamiento social» para demostrar que era desde el punto de vista «urbano» la mejor «mascota del año».

Esos calificativos claramente despectivos expresaban el malestar y la incomprensión del momento hacia una decisión que venta desde lo más alto de las autoridades caninas internacionales, y que pretendía poner freno, ante el alarmismo provocado por algunos accidentes por agresividad canina.

Hoy día parece que aquel rechazo ya pasó y todos estamos más concienciados acerca de la importancia que tiene el que un perro sea ante todo: seguro, sociable y sobre todo controlable. Por todo esto las pruebas de BH, pericia urbana en Alemania, se siguen haciendo en diversos países (ámbito FCI) y, si no se superan, otras parecidas que igualmente demuestran que el adiestramiento es necesario y que debe repercutir y reflejarse en el comportamiento social y urbano del perro.

Esta muy bien «fomentar» en el perro las ganas en el trabajo, dándole continuamente la pelota o el mordedor. Así se obtiene un trabajo «vibrante» y lleno de energía, pero también es cierto que ese mismo perro debe saber acercarse y mantenerse estable y tranquilo con gente, con otros perros, con ciclistas, corredores o niños. Precisamente estos son algunas de los apartados del BH como prueba.

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