Un perro fiel Geyfriars Bobby

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Todos estamos al tanto de la cualidad de lealtad de los perros con sus dueños y aquellos con quienes conviven. Lejos está de ser una leyenda o una creencia sin base, porque estudios y aún más comprobable historias y hechos reales dan cuenta que los perros se han ganado esa fama gracias a su lealtad, que leales son y en mucho.

Para darles un ejemplo en concreto, les contaremos sobre el terrier de un policía de Edimburgo Escocia, John Gray, cuyo perro Bobby era un feliz perro al lado de su amo, del que había aprendido a comportarse y también algunos divertidos trucos. El perro Geyfriars Bobby, se vio un día sin la compañía de aquel amo amable que tanto quería porque un 15 de Febrero de 1858, Gray murió de tuberculosis.

El nombre de Greyfriars Bobby lo obtendría de este triste suceso, porque marchando con el cortejo funebre al camposanto de Geyfriars  Kirkyard, se negó a volver a la ciudad y se quedo en el cementerio cuidando de la tumba de su amo, durante el resto de los 14 años que le quedaban de vida.

Contra lo que pensaban todos que Bobby mudaría de parecer y dejaría de extrañar a su amo, el perro resistió la nieve y el frío y pasando el tiempo se acomodó a separarse de la tumba solo para buscar comida o resguardarse de las nevadas. Así pasaron 14 años hasta el día en que  moria sobre la tumba de su amo en 1872. Los vecinos le construyeron una estatua un poco distante del cementerio que mira hacia la tumba de aquel amo al que un perro fiel cuidó hasta el final de sus días.

El fiel perro Bobby  es visitado en su estatua por los que arriban a la ciudad y se convirtió con el paso del tiempo en el símbolo de la lealtad canina.

Imagen: Vía

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