Mito perruno: «El Dobermann es agresivo a causa de problemas en su cerebro»

doberman

En el caso del Dobermann hay dos versiones muy fantasiosas que aseguran que esta raza tiene problemas en el crecimiento de los huesos de la cabeza. Según una teoría habría un hueso que les crece en el interior del cerebro, y que se clavaría con su punta en la masa cerebral determinando el comportamiento agresivo del perro. Otra versión cuenta que los huesos del cráneo del Dobremann crecen a un ritmo más lento que su cerebro.

La consecuencia sería que el cerebro, comprimido por los huesos, sufriría una alteración que llevaría al perro a la agresividad y a la locura. Es evidente que si estas teorías fueran ciertas, esta raza se habría extinguido desde hace mucho tiempo.

Lo que está claro es que el aspecto del perro no le ayuda a ser aceptado a primera vista: la naturaleza nos ha programado genéticamente para responder positivamente a algunas formas y comportamientos que, en su totalidad, se denominan «baby look». Es por esta razón que los cachorros de cualquier animal estimulan un instinto maternal: su forma redondeada, su andadura incierta, los sonidos que emiten.

El Dobermann es un perro de pelo corto, patas alargadas, es un excelente guardián y tiene un carácter fuerte y esto ciertamente ha podido fomentar las falsas creencias sobre él, considerando también que, por su aspecto, era el más utilizado por las SS en la Segunda Guerra Mundial por fines intimidatorios.

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