El gato es un animal ágil y flexible perfectamente capaz de caminar por el reborde estrecho de un balcón. Eso es cierto. Pero también es cierto que los gatos se caen a menudo de los balcones. Aunque siempre caen sobre las patas, con mucha frecuencia se lesionan e incluso se matan. Las heridas más frecuentes son las fracturas de los maxilares, de uno o varios miembros y de la columna vertebral. A menudo, también se ven afectados los órganos, y no es raro observar neumotorax (presencia de aire en la pleura), hemorragias pulmonares, desgarros renales o vejigas que han estallado.
Cuando el gato cae suele deberse a que el suelo está resbaladizo (después de la lluvia) o a que ha visto un pájaro e intenta atraparlo, aunque muy a menudo se debe también a que una puerta se ha cerrado bruscamente o le ha distraído un ruido en el piso. Por esta razón es importante proteger ventanas y balcones.
Las redes de plástico transparente tendidas sobre armazones de madera o fijadas con ganchos al balcón son la mejor solución. Resultan invisibles desde fuera y permiten ventilar el piso sin riesgo de caída para el gato. Se pueden utilizar en los balcones y en los huecos de las ventanas, ya que no perjudican la estética del inmueble. Es necesario cerrar toda la superficie abierta porque el gato es un trepador ágil al que no detendrá una red de un metro de altura.