Se puede decir que ya estamos de lleno metidos en la Navidad. Se trata de una época de ilusión y alegría para compartir con los demás, sin olvidarnos de nuestras mascotas. Pero estas fechas puede comprometer la salud y el bienestar de tus mascotas sino actuamos con cuidado.
Uno de los grandes problemas son los petardos, utilizados tanto por adultos como por niños. El problema es que para nuestras mascotas no supone ningún tipo de diversión, más bien al contrario, creando episodios de miedo y pánico, que puede derivar en un estado de estrés.
En este sentido, es fundamental entender que se trata de una experiencia traumática por el sonido, el olor y la falta de indicios precursores que pueden hacer que las mascotas se lesionen, huyan y, en caso de que exista una patología de base como una arritmia o problema cardiovascular, puede poner en riesgo la vida del animal. Nuestros mejores amigos entienden que el sonido de un petardo significa peligro.
¿Cómo ayudar a tus mascotas a afrontar los petardos?
Para que nuestras mascotas también puedan disfrutar al máximo de estas fiestas, es crucial tomar una serie de medidas que garanticen el bienestar tanto físico como psíquico de nuestros animales para evitarles un estado de ansiedad desmedido ante los petardos.
- Si escuchamos petardos relativamente cerca de casa, es fundamental procurar que estén en un ambiente confortable en el que el ruido tenga poca intensidad, por ejemplo, manteniendo las ventanas cerradas en todo momento.
- Si vemos que nuestra mascota se muestra muy alterada, podemos optar por la terapia hormonal, aunque siempre bajo las pautas del veterinario habitual.
- Y, en caso de que nuestra mascota suela verse extremadamente alterada con estos ruidos, podríamos recurrir a la terapia medicamentosa para garantizar su bienestar durante estas fechas.
Los alimentos típicos de la Navidad también son una amenaza para las mascotas
Turrones, polvorones, mazapanes, mantecados, roscones y un sinfín de manjares hacen el deleite de todos los paladares durante estas fechas. Sin embargo, lo que comemos los humanos puede ser muy peligroso para nuestros amigos de cuatro patas. Especialmente, los platos típicos de Navidad que, por norma general, contienen un alto contenido en grasas y sal, que pueden causarles vómitos y diarreas. Además, este tipo de alimentos es alto en calorías y la obesidad en animales de compañía es un problema grave.
Los dulces, el chocolate, los alimentos con mucho ajo o cebolla son tóxicos para los perros e incluso en pequeñas cantidades pueden causar daños en los órganos internos y, en casos extremos, la muerte. Durante esta época debemos tener especial cuidado con las uvas y pasas, muy arraigadas en la tradición española de fin de año, ya que pueden provocar fallo renal en el perro. Se desconoce por qué las uvas resultan tan perjudiciales para los canes, pero se sospecha sobre alguno de sus componentes. La mejor opción es que nuestras mascotas consuman su comida habitual indicada por el veterinario y, si les queremos mimar mediante un alimento, utilicemos algún producto específicamente diseñado para ellos.