Los que hemos crecido con Disney recordamos a los gatos siameses como los malos malísimos de La Dama y el Vagabundo. Y es que esta raza de gatos es muy popular y, aunque nos los pintaron muy malvados, son unos animales realmente curiosos y muy buenas mascotas.
Son originarios de Tailandia y comenzó a salir del país hacia finales del siglo XIX, cuando los diplomáticos y líderes los enviaban como regalos a amigos y familiares. Desde entonces fueron tomando popularidad hasta que en los 50 y 60, a través de los criaderos seleccionados, se pusieron completamente de moda.
Aunque el gato siamés tal y como todos lo pensamos es este que ves en la foto, hay más de 12 especies de felinos que descienden de esta raza, así que a lo mejor tu gato también es un familiar lejano de esta raza. Normalmente son delgados, elegantes, de color negro y agrisado y con una cara triangular. Su cola es delgada y su pelo corto, fino y brillante.
A pesar de lo que nos enseñaron en la película, son muy sociables, incluso con los niños. Además, es muy fácil domesticarlos y entrenarlos porque son muy amistosos con los humanos. Tienes que tener en cuenta, sin embargo, que requieren mucha atención, así que si no estás con ellos habitualmente, pueden mostrarse inquietos.
A los gatos siameses les encanta estar con personas e incluso que los llames y juegues con ellos constantemente. Así que si buscas un gato cariñoso y atento, esta raza puede ser ideal. Además es muy elegante y agradable a la vista.