Hasta comienzos de la segunda mitad del pasado siglo, no existían en La Palma sino los siguientes tipos de perros perfectamente diferenciados:
a) El llamado «perro de caza», sin tener en cuenta la diversidad de razas que cumplen esta función, muy abundante en las zonas rurales y hoy ya con nombre propio, el Podenco Canario.
b) El que llamaban «perro lobo», igualmente sin considerar las variedades, nuestro actual Pastor Garafiano, también abundante en las zonas rurales donde era criado y utilizado por los pastores.
c) El desaparecido «perro ratonero», que no era otra cosa que la descendencia del Fox Terrier de pelo liso, traído a la isla en el siglo XIX por las compañías inglesas, para combatir las ratas que proliferaban en los almacenes de empaquetado de la fruta. Fue reproducido sin ningún sometimiento al estándar racial,
d) Por último, existía también una variada población de mestizos, sobre todo en los cascos de los pueblos y en las ciudades, producto de cruces arbitrarios.