Si tú y tu perro disfrutáis del calor estival al máximo, y solo cuando os sumergís en el agua sentís que el verano ha llegado de verdad, no olvides escoger un antiparasitario que no pierda eficacia por contacto con el agua. De lo contrario, podrías estar dejando la puerta abierta a una colonia de pulgas en tu hogar. Por lo tanto, es crucial que asegures que la opción seleccionada mantiene su efectividad y la duración de su protección incluso en contacto con el agua.
Los antiparasitarios externos de acción sistémica son una gran opción en estos casos, ya que, al ser consumidos por tu perro, los principios activos no se encuentran en la piel, sino en el organismo, garantizando que la protección contra pulgas y garrapatas no se vea afectada por la exposición al agua. Hasta ahora, estos solo estaban disponibles en centros veterinarios, lo que limitaba su acceso para muchos dueños de perros, que terminaban optando por soluciones tópicas más accesibles.
Con la llegada de nuevas innovaciones en el campo de la salud animal, ahora se puede obtener un antiparasitario externo en forma de comprimido masticable sin receta, disponible en cualquier tienda de mascotas.
Al ser un antiparasitario sistémico, su eficacia no se ve reducida por el contacto con el agua. Una vez que el perro ha ingerido el comprimido masticable, de sabor a carne para facilitar su consumo, en solo 8 horas, el perro está protegido contra las pulgas y en 48 horas, contra las garrapatas. Además, gracias a su rápida actuación, también elimina la posibilidad de que las pulgas pongan huevos, reduciendo así el riesgo de una infestación en casa. Lo más importante es que sus efectos se mantienen de forma estable durante al menos 30 días, independientemente de si el perro está o no en contacto con el agua.
El cambio climático ha llevado a que la desparasitación de nuestras mascotas ya no sea una acción estacional, sino que deba realizarse durante todo el año. El aumento generalizado de las temperaturas ha desestacionalizado la aparición de parásitos como pulgas y garrapatas, por lo que debemos estar vigilantes durante todo el año.
Es cierto que en verano aumenta el contacto con el agua, lo que puede afectar a la eficacia de algunos antiparasitarios de uso tópico. Por tanto, debemos elegir uno que esté preparado para ello.
Además, es crucial revisar regularmente las patas, los pliegues entre los dedos o incluso detrás de las orejas, ya que son zonas de alto riesgo que pueden mojarse con más facilidad debido a su exposición al estar en contacto o más cerca del suelo al olfatear. Así, después de un paseo o excursión, el hábito de revisar estas áreas nos permitirá asegurar que no hay ningún parásito adherido a la piel o pelaje de nuestro amigo peludo.