En el caso de los perros, el baño debe darse un par de veces al año, como máximo y nunca a cachorros de menos de seis meses. El cepillado periódico y la propia secreción de grasa del perro sirven para mantenerlo limpio el resto del tiempo. El baño sirve para quilarle malos olores, colaborar en la caída del pelo viejo y eliminar parásitos.
No todas las razas de gatos sienten la misma atracción por el agua. El baño es necesario para el mantenimiento de los pelajes semilargos o largos. Es importante, por lo tanto, acostumbrar al gato al agua desde pequeño. Lo fundamental es fijar una hora del día para el aseo: que puede ser el baño o el cepillado. Lo más aconsejable es hacerlo en los momentos en que se encuentra más relajado; por ejemplo después de comer.