Una de las especies de ardillas más conocidas es la llamada «ardilla voladora«. Para ser correctos, deberíamos llamarla «ardilla planeadora«, ya que lo que hacen realmente es aprovechar su anatomía para deslizarse entre las ramas aprovechando la resistencia del aire.
Las ardillas voladoras tienen una especie de membranas entre sus extremidades superiores e inferiores, recubiertas de pelo, lo que las permite planear entre árboles que están situados hasta a 30 metros de distancia. Esta característica de su cuerpo les permite desplazarse como si tuvieran un paracaídas. Además, su cola tiene forma de pluma y la usan como si fuera un timón. De esta forma dirigir su vuelo y desplazarse en cualquier dirección. Verlas volar es todo un espectáculo, ¡son muy graciosas!
Estos animales, a diferencia de otras ardillas, viven principalmente por la noche y su dieta es semicarnívora: comen insectos, larvas, nueces y frutas. Si te decides por uno de estos animales como mascota has de saber que debes darle una alimentación equilibrada y cuidar mucho el calcio, ya que es fundamental para su desarrollo. Además tienen otra ventaja bastante importante: tienen muy pocas enfermedades y una vida muy larga. Los ejemplares suelen llegar a los 15 años si reciben los cuidados adecuados.
Si decides adoptar una tienes que ponerlas en una jaula que mida de alto en torno a un metro y medio, para que puedan correr a sus anchas. Lo bueno es ponerles ramitas y cuerdas para que trepen y jueguen. También es conveniente que las dejes correr en alguna habitación cerrada para evitar que se escapen.
Las ardillas voladoras son muy cariñosas con sus dueños y rápidamente crean una conexión, con lo que si adoptas una de pequeña se convertirá en tu mascota inseparable para siempre.