Cuando pensamos en ardillas nos acordamos de Chip y Chop, esas pequeñas ardillitas que tanta gracia nos hacían con sus naricitas rojas y negras. Tan pequeñas, tan divertidas y que comían tanto… Y hablando de comer, ¿sabes cómo alimentar a una ardilla cuando todavía es una cría?
Aunque son unos animales bastante independientes, cuando son pequeños necesitan muchos cuidados. En su ambiente natural, la madre las protege hasta que son capaces de valerse por sí mismas. Cuando son muy pequeñas le dan alimento líquido que le aporte las proteínas que necesitan para desarrollarse completamente.
Si te haces cargo de una ardilla pequeña, tienes que darle leche y añadir cereales secos que se deshagan en ella. Tendrás que alimentarla ayudándote de un biberón para que puedan comerlo bien. Sigue las pautas de tu veterinario para saber hasta qué edad puedes alimentarla así dependiendo de las necesidades que tenga.
Después, cuando crezcan un poco más, puedes añadir a su dieta galletas y cachitos de frutas y verduras, pero poco a poco. Ten en cuenta que el hierro puede dañar su organismo, por lo que ten cuidado con los alimentos que le proporcionas. Y con las cantidades, porque una alimentación excesiva puede llegar a causarle diarrea y eso, en un animal de muy corta edad puede convertirse en algo grave.
En cuanto a la frecuencia, prácticamente será ella la que te pida el alimento llorisqueando, como los niños pequeños. Lo normal es darle de comer cada pocas horas, así que si tienes una ardilla pequeña tienes que saber que es una gran responsabilidad, así que si no tienes tiempo para atenderla, puede que no sea un buen momento para adoptarla.