Si el abdomen de tu perro o gato está distendido y no puedes contarle las costillas por la gruesa capa de grasa que los cubre, seguramente tiene obesidad, lo que puede perjudicar a su salud.
Llévale al veterinario para que diseñe y supervise el plan de adelgazamiento.
Debe suponer una merma de entre el 2% y el 3% del peso corporal a la semana, nunca más para evitar la pérdida de masa muscular.
Si le alimentas con piensos, puedes recurrir a los bajos en calorías.
Cuando ingiere comida casera, tienes que ser muy precisa en las cantidades que recomiende el veterinario. Establece un programa de ejercicios: sal más a pasear y durante más tiempo y juega a lanzarle objetos y que vaya a buscarlos…
Evita las costumbres que le perjudican: darle restos de comida, premiarle cno golosinas, dejarlo comer con otros animales…