Los perros, cuando son cachorros, suelen ser más activos y tienden más a la excitación. Se trata de un comportamiento normal en función de su edad, si esta se mantiene cuando alcanzan la etapa adulta, sería conveniente estudiar a fondo por qué se produce esa conducta.
Del mismo modo, la hipoactividad también es una situación a analizar, pues puede ser un claro síntoma de depresión, que se sienten tristes o que padecen alguna enfermedad. En ambos casos, la dieta juega un papel importante, ayudando a mejorar las dos situaciones.
¿Qué ocurre cuando un perro es hiperactivo?
La hiperexcitabilidad o hiperactividad en perros adultos es una señal de advertencia de que algo no está funcionando bien. Este fenómeno se produce por causas fisiológicas y patológicas. La primera es consecuencia del propio aprendizaje del perro, del refuerzo de sus conductas, por lo que carece de gravedad si se trata con éxito.
En cambio, la hiperactividad por causas patológicas, que se denomina hiperquinesis, sí requiere un tratamiento más complejo y la intervención de veterinarios. Cuando ocurre este proceso lo que sucede es que están alteradas las vías nerviosas en el cerebro y se segrega mucha dopamina. Afecta también a la serotonina y la noeradrenalina.
Los síntomas más evidentes de que un perro es hiperactivo por causas patológicas es su alto nivel de actividad, su incapacidad para relajarse, cierta dificultad para aprender, problemas de sueño, salivación excesiva, temperatura corporal alta, ladridos constantes y movimientos repetitivos sin un fina aparente.
Algunos de esos comportamientos se parecen a la hiperactividad fisiológica, que es la que guarda relación con la conducta animal. En este caso se puede diagnosticar hiperexcitabilidad cuando la mascota demanda atención constante, muestra una actitud alerta en todo momento, su sueño es breve y libero y no aprende ciertos estímulos por el alto nivel de estrés. Por otra parte, es también frecuente que miccione poco, se vuelvan peligrosos y ofrezcan comportamientos destructivos.
¿Cómo podemos tratarla hiperactividad en perros?
Si se trata de altos niveles de actividad derivados de causas patológicas, la solución pasa por tratamientos farmacológicos encaminados a poner solución a ello. En cambio, cuando no hay nada orgánico que explique ese comportamiento excesivamente enérgico, lo que hay que hacer es cambiar los hábitos y métodos de enseñanza.
Para ello se recomienda eliminar el castigo positivo, no reforzar las conductas excitables, promocionar comportamientos tranquilos, incluir juguetes que estimulen su calma y mejorar su entorno físico. Además, hay que fomentar las rutinas con paseos de calidad, para que el perro vaya aprendiendo.
Este artículo de Aristopet incide en algunas de estas cuestiones y pone el foco en la alimentación, sobre en cómo esta puede ayudar a corregir esos comportamientos.
Perros hipoactivos: enfermedad o depresión
El comportamiento contrario a la hiperactividad en los perros es la hipoactividad, una señal evidente de que están tristes, enfermos o deprimidos. La inactividad, la apatía, la falta de apetito, el aumento de sueño, el descenso en las ganas de jugar, los lloros y aullidos contantes y la postración son síntomas claros de que algo no está funcionando bien.
En estos casos es recomendable acudir al veterinario para aclarar si lo que sucede es consecuencia de una enfermedad vírica o parasitaria o en cambio es un problema emocional. En el segundo caso, las causas más comunes guardan relación con el proceso de adopción, cambios en la unidad familiar, traumas que sufre el animal, soledad en su día a día o castigos a los que se ve sometido.
Cuando se adopta un cachorro el común que pase algunas semanas con un estado mental apático que derive en depresión. Por fortuna, esto acaba superándose una vez que el animal se adapta a su nuevo entorno. El cariño por parte de su nueva familia es imprescindible. Un episodio similar ocurre cuando se producen cambios en la unidad familiar.
La soledad es otro de esos factores que se asocia a la hipoactividad. Cuando un perro, que es un animal social, pasa más de ocho horas al día solo, se siente abandonado. Los cánidos requieren atención, estimulación física y afecto.
Finalmente, y sin entrar en experiencias negativas y traumas, pues su relación con la tristeza en los perros es más que evidente, toca hablar de los castigos en el proceso de aprendizaje. Cuando los dueños se exceden en estos comportamientos agresivos con sus mascotas, el resultado es tristeza, más agresividad por parte de los animales y un bajo nivel de actividad.