La convivencia del perro con los animales exóticos no depara mayores problemas. Un cierto cuidado debemos tener con los hurones, que les puede excitar de un modo similar al que le provocan los gatos, valiendo en general para establecer su relación unas pautas similares a las descritas con ese animal.
Con reptiles y anfibios puede ser necesario vigilar que el perro no contraigas almonelosis, la salmonella es una bacteria que vive de forma natural en la piel de estos reptiles pero que en mamíferos pequeños o debilitados, al igual que en los niños, puede provocar diarrea, fiebre y vómito.
Aquí es más importante hablar de razas que de la especie en general. Es claro que los perros de pastoreo, acostumbrados durante siglos a vivir en los corrales junto a cerdos, aves, conejos, etc., tolerarán sin dificultad la presencia de otros animales en su entorno.
Mayor dificultad vamos a tener si se trata de razas de caza. Tantos los terriers como los perros de muestra como Setter Irlandés o Epagneul Bretón suelen tolerar muy mal la presencia de aves, pues por instinto natural tratan de darles caza. Los perros de muestra son muy inteligentes y no van a resultar difíciles de educar para que toleren a esas ocas que adornan tu jardín o el loro que parlotea en la jaula del salón, pero los terrier son plato aparte.
Se trata de razas muy tozudas, de temperamento rebelde y bastante poco adiestrables, cuyo instinto natural es el de morder. Con los terrier la convivencia con otras especies puede resultar más difícil que con el resto de las razas caninas, incluso en ocasiones imposible, pero siempre se puede intentar.