Si bien el concepto de belleza responde a una mirada subjetiva, existen ciertos animales sobre los que difícilmente se pueda librar una discusión respecto de si son lindos o no. ¿O acaso alguien podría negar que el weimaraner, con su típico color gris, su paso y sus ojos casi transparentes, es encantador? Esta es una de las razas más antiguas de Alemania y desde hace más de cien años se lo cría manteniendo su pureza.
Pasa el tiempo, y el mundo no se cansa de él; por el contrario, cada vez son más las personas que lo eligen como esa mascota entrañable que consigue ocupar un lugar de privilegio dentro de la familia. Y esto, además de su belleza, se debe a que el weimaraner es afectuoso y protagónico. Jamás pasará desapercibido porque, si acaso alguien quiere ignorar su presencia, él se encargará de hacerse notar.
Antes de elegir esta raza es necesario tener en cuenta ciertas cosas; saber que requiere de mucha atención y cariño para dejar salir toda su gracia, pero que si se siente descuidado sacará su lado destructivo. Por todo esto, no es recomendable tenerlo en un departamento ni tampoco es una buena elección como mascota si no se dispone de tiempo para pasar con él. Así, el weimaraner es ideal para aquellos que disfrutan de dar largas caminaras, de la vida al aire libre y de los juegos. Además, es una gran compañía para los chicos, ya que consiguen entablar un fuerte vínculo de protección.
Se adiestra con facilidad, y como su crecimiento es rápido, la buena comida juega un papel muy importante en su desarrollo, aunque hay, que tener cuidado de no sobrealimentarlo. Hace falta tener buen humor, paciencia y ganas de enseñar. Los weimaraner demandan tiempo, pero quienes conviven con uno de estos hermosos perros, no dudan en afirmar que se trata de una raza única.