Salamandras como mascota

salamandra

Aunque no es común verla como mascota, cada vez más personas apuestan por los reptiles como animales de compañía. Es especialmente común en países asiáticos, como Japón, pero poco a poco están entrando en nuestro país. Y es que los animales de los que os quiero hablar hoy son muy bonitos, aunque a mí me dan un poco de repelús por el tacto de su piel.

Se trata de la salamandra, ese animal del que se contaba que podía vivir envuelto en llamas sin quemarse. Estos animales requieren muy pocos cuidados y atenciones y siguiendo una serie de pautas puedes tener una como mascota en tu propia casa.

Lo primero que tienes que saber es que es un animal nocturno y acostumbrado a lugares húmedos. Tendrás que buscarle un terrario en el que poner líquenes, musgo y otras cosas. También tienes que ponerle rocas y cuevas donde pueda refugiarse durante el día, ya que es un animal de costumbres nocturnas.

Son muy apocadas, así que si buscas un animal que esté todo el día correteando por tu mano, este no es el idea. Se asustan mucho y tienen un mecanismo de defensa bastante curioso: su cuerpo segrega un líquido denso y blanco que puede provocar irritaciones, así que ten en cuenta esto antes de acercarte a ellas.

Hay muchas especies de salamandras aunque todas tienen una característica común: pueden regenerar las extremidades que han perdido. En cuanto a su piel, suele ser de color negro brillante y algunas tienen unos colores vivos, casi siempre en tonos amarillos que forman dibujos o rayas.

En cuanto a la comida, en su hábitat natural comen babosas, lombrices y otros animales que sean lentos, porque la verdad sea dicha, las pobres son un poco torpes. En cautiverio puedes darle estas o algunos alimentos que te indiquen en la tienda o en tu veterinario de confianza.

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